Un grupo de investigadores de la Universidad de Kent ha descubierto que procesar las cerezas hasta convertirlas en polvo podría aumentar sus propiedades para proteger contra los efectos nocivos relacionados con enfermedades asociadas a la edad, como el alzhéimer.
Estudios anteriores ya habían sugerido que el consumo de esta fruta puede ofrecer una posible protección contra enfermedades degenerativas del cerebro como el Alzhéimer, ya que es rica en antocianinas y quercetina, dos flavonoides conocidos por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Este nuevo estudio, publicado en la revista Antioxidants, sugiere que las cerezas pulverizadas pueden conservar más antocianina, aumentando su impacto en la prevención de estas enfermedades. Los investigadores trabajaron con productores locales para procesar cerezas dañadas o descoloridas, destinadas al vertedero, y convertirlas en jugo, pulpa y polvo.
A continuación, midieron la retención de antocianinas en cada uno de estos estados de la fruta, y encontraron una "mayor actividad biológica" en la versión en polvo, que podría ayudar a las personas a prevenir esta enfermedad.
"Estamos demostrando que los subproductos agrícolas no tienen por qué desperdiciarse, sino que pueden formar parte de la solución para producir alimentos saludables, sostenibles y accesibles", afirmó Marina Ezcurra, una de las investigadoras del comunicado.