Ucrania no proporciona la apropiada evaluación psicológica de los mercenarios extranjeros antes de que se unan a los combates contra Rusia, lo que resulta en muertes que se podrían haber evitado, según informa The Telegraph.
Citando la historia de un británico sin experiencia militar previa que falleció en el conflicto ucraniano después de decidir unirse a las filas de Kiev tras un fallido intento de suicidio, el medio señala que muchos mercenarios "tienen vidas familiares problemáticas o insatisfactorias, y ven a Ucrania como una especie de terapia de choque radical" en la que morirán o se curarán.
"A pesar de todos sus horrores, el combate es un mundo de simplicidad brutal, donde se pueden olvidar las preocupaciones mundanas y lo único que importa es sobrevivir. Si salen con vida, lo hacen con un nuevo sentido y propósito en la vida. Y si no lo consiguen, bueno, creen que es mejor morir como héroes en Ucrania que seguir viviendo como unos donnadies en su país", explica el periódico británico.
Tras diferenciar la despreocupación ante la muerte y el llamado "suicidio por guerra", como algunos mercenarios se refieren a los casos similares al del británico mencionado, el medio califica de "alarmante" la falta de recursos para "impedir que almas verdaderamente angustiadas se pongan en peligro en Ucrania".
Oficialmente, según el reporte, todos los voluntarios deben aprobar un examen de aptitud física y psicológica, igual que si se alistan a las Fuerzas Armadas británicas.
"En la práctica, estos chequeos son, en el mejor de los casos, superficiales, en parte porque los funcionarios de Kiev no pueden acceder a los registros" de los sistemas sanitarios extranjeros y por otro lado "porque la máquina bélica ucraniana, sometida a una gran presión, carece de personal suficiente".